El agarre profundo en la lactancia materna es fundamental para asegurar una alimentación efectiva y cómoda para tanto la madre como el bebé. Cuando el bebé se engancha al pecho de manera profunda, significa que toda la areola (la zona oscura alrededor del pezón) está dentro de su boca, permitiendo una succión eficaz y evitando lesiones en el pezón de la madre. Un agarre superficial puede causar dolor y dificultades en la lactancia, mientras que un agarre profundo facilita el flujo de leche y promueve una alimentación nutritiva y satisfactoria para el bebé, promoviendo así una relación madre-hijo saludable desde el principio.

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