Desde su anexión ilegal en 2014, la península se ha convertido en bastión fundamental para Rusia. Allí estaciona decenas de miles de tropas, tanques y vehículos blindados. Además, el puerto de Sebastopol es base aérea para lanzar ataques contra Ucrania. Entre las miniciones que recibe Kiev se encuentran misiles ATACMS de fabricación estadounidense. Con un alcance de 300 kilómetros, Crimea se sitúa dentro de su radio de acción. Para muchos observadores, es solo cuestión de tiempo para que Ucrania ataque el puente que une la península con Rusia continental.
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