La caza en Portugal goza de una gran tradición y de una historia paralela a la de España, especialmente, la montería. Con una fuerte costumbre cultural, un impacto económico significativo en las áreas rurales, y una gestión crucial para mantener el equilibrio de las poblaciones de fauna salvaje y evitar daños a la agricultura. Además, Portugal cuenta con zonas muy enmontadas, siendo el hábitat perfecto para el jabalí, donde la vegetación es mas densa y el acceso a las personas es casi inviable. Por ello, para regular su población se realizan en los distintos cotos de caza las batidas y monterías.

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