En un sentido general, el humanismo es una corriente cuya máxima es valorar al ser humano y la condición humana. De esta forma, está relacionado con la generosidad, la compasión y la preocupación por la valoración de los atributos y las relaciones humanas. En un sentido más específico, el humanismo es un movimiento filosófico, intelectual y cultural que comenzó en Italia en el siglo XIV con el Renacimiento y se extendió a través de Europa, rompiendo con el teocentrismo propio de la mentalidad católica medieval, que concebía a Dios como el centro de todo, pasando al antropocentrismo. El humanismo exalta, por tanto, las cualidades de la naturaleza humana por su propio valor. La filosofía humanista ofrecía nuevas formas de pensar y reflexionar acerca de las artes, las ciencias y la política, lo cual revolucionó el ámbito cultural y supuso un periodo de transición entre la Edad Media y la Modernidad. A través de sus obras, los intelectuales y los artistas humanistas exploraron temas inspirados en los clásicos de la antigüedad grecorromana, que eran sus modelos de verdad, belleza y perfección. La enseñanza universitaria tuvo asimismo un gran papel en el humanismo, ya que fue en las universidades donde se realizó el cambio metodológico de la enseñanza, además de que la imprenta facilitó la accesibilidad y el intercambio de los conocimientos, hasta entonces copados por el clero. Algunos humanistas de gran importancia son Erasmo de Rotterdam, Francesco Petrarca, Giovanni Pico della Mirandola, Tomás Moro o Michel de la Montaigne, entre otros.
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