Nuestro Dios es real, existe y esta vivo, y, aunque no lo vemos aun, tenemos la certeza de que algún día podremos verle; mientras tanto, Él nos manifiesta su existencia a través de su creación.
Yo sé que mi Redentor vive,
Y al fin se levantará sobre el polvo;
Y después de deshecha esta mi piel,
En mi carne he de ver a Dios;
Al cual veré por mí mismo,
Y mis ojos lo verán, y no otro,
Aunque mi corazón desfallece dentro de mí.
Job 19:25-27
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