Como ya te he explicado en capítulos anteriores, el Espíritu Santo nos regala 7 dones. El cuarto es el de la fortaleza.
Un don es un regalo de Dios, es un hábito sobrenatural que da fortaleza a nuestra alma, a toda nuestra persona. El don de la fortaleza hace que podamos hacer la virtud de la fortaleza de una forma más heroica, sin ningún esfuerzo, ya que nos saldrá sola. Pero no consiste en apretar los puños y aguantar con fuerza, pues eso es lo que hacemos las personas, ya te he dicho que es algo sobrenatural, lo que quiere decir que no viene de nuestra naturaleza humana si no de Dios.
Y como ya sabemos bien, nuestra naturaleza es débil. Aquí está el secreto para tener el don de la fortaleza: en esa debilidad se manifiesta el poder de Dios que nos da una inmensa fuerza.
Ser débil no es malo, no somos superhéroes. Esta debilidad significa el pecado, las cosas que nos hacen sufrir, que no entendemos y nos entristecen o preocupan. Por ejemplo, te das cuenta que, aunque lo intentas, te cuesta mucho trabajo no pelearte con tus hermanos, o de obedecer a tu madre. En eso eres débil. Y digo que es el secreto para tener este don, porque cuando reconoces y aceptas que eres débil en esas cosas, entonces es cuando Dios te puede regalar la fortaleza.
Son muchos los personajes de la Biblia donde encontramos esta fortaleza.
Moisés, por ejemplo, que era tartamudo, tuvo este don para hacer su misión enfrentándose al faraón.
Jacob, se encontraba en una situación de peligro de muerte. Entonces tuvo un encuentro con Dios y éste le cambió el nombre por el de Israel, que significa “fuerte con Dios”.
San Pablo decía que en su debilidad se podía ver la fuerza de Dios. Él se veía débil, pero Dios le ayudaba a ser fuerte ante tantos peligros y persecuciones que tuvo que soportar.
La Virgen María se veía débil ante el anuncio del Ángel San Gabriel de que iba a ser madre del Hijo de Dios, pero Dios le dio la fortaleza necesaria para, durante toda su vida, sufrir sin derrumbarse, sobre todo, cuando vio a su hijo en la Cruz.
Algunas personas le piden a Dios que le quite los problemas, pero eso precisamente, eso que les hace sufrir, es la Cruz que cada uno llevamos como la que tuvo Jesús. Debemos de aceptarla. Los cristianos sabemos que esas cruces, esas debilidades que no podemos soportar, son las que van a darnos la vida eterna.
El don de la fortaleza nos dará fuerza para perdonar cuando no podamos, amar al que nos ha hecho daño, estar atentos a las necesidades de los demás para ayudar, no tener en cuenta el mal. Para hacer las tareas del colegio, ser obedientes, no protestar… Nos dará fortaleza para ser fieles al Señor, asistir a las celebraciones de la parroquia, rezar y permanecer firmes en nuestra fe en Jesucristo.
Para esto tienes que pedirle a Dios que te regale el don de la fortaleza, ya verás que con su ayuda serás como un héroe en medio de los problemas. Es una Gracia que te acompañará todos los días de tu vida, pero no has de olvidar que se lo has de pedir en tus oraciones todos los días junto con los demás dones del Espíritu Santo.
Un saludo, la Paz y hasta muy pronto
El Don de la Fortaleza
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