Irma Serrano la Tigresa, nunca quiso vender su mansión, pero casi la obligaron a venderla mediante engaños y abusando de si senil estado de demensia, según un dictámen forense producto de un juicio. Una casa que valía 50 millones, la vendió sin estar urgida de dinero en 5 millones.
Se dice que todo lo firmado por la Tigresa por fortuna no vale.
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