Desde la resistencia al régimen trujillista se promovía un canto frontal, de denuncia. En el evento internacional “Siete Días con el Pueblo" (1974) se cantó por la libertad de los presos políticos. Así, canciones con lenguaje directo y orquestación sencilla dominaron la popularidad de aquellos años, entre ellas: "Obrero acepta mi mano", de Luis Días; "Francisco Alberto, caramba", de Chico González; y "Las casas de cartón", de Alí Primera.
A principios de los años 70, René del Risco, el poeta que se había enfrentado a la dictadura, hecho preso, torturado y perseguido, le puso letras a la música soñada por el maestro Rafael Solano y formuló un mensaje en una estructura de pareado, escrito en segunda persona, con lo cual buscaba, empatía, sutil interpelación y, a la vez, brindar certeza, a través de la fuerza pragmática del enunciado. Al mismo tiempo, lanzaba una invitación a integrarse a la búsqueda de un mundo mejor, a transitar por un camino infinito.
El cantante Fernando Casado ha narrado en varias entrevistas cómo surgió una de las canciones mejor logradas en la República Dominicana: "Una primavera para el mundo”.
Casado habla del sueño del maestro Rafael Solano con la música, de cómo este lo llamó de madrugada para enseñarle la melodía de un proyecto de canción que él debía interpretar en un evento en España. También cuenta de la convocación temprana al poeta René del Risco para que aportara las letras a aquella inspiración musical dada por Morfeo.
Lo cierto es que estos tres dominicanos nos legaron una canción emblemática, de carácter profético, esperanzador, festivo, que pasó desapercibida para los movimientos políticos y sociales en esos convulsos primeros años de la década del 70 del siglo pasado. Esto se debió quizás a que la misma proyecta ese aire de festival tan de moda en esa época, lo que contrastaba con el contexto de confrontación entre actores radicalizados. Por un lado, un gobierno impuesto, fraudulento, con fuerzas represivas y paramilitares en las calles; y, por otro lado, fuerzas de izquierda resistiendo con el dolor de vivir nuevamente el fracaso de la restitución de la Constitución democrática de 1963 con la ejecución de Manolo Tavárez y sus compañeros, la revolución truncada de 1965, la ejecución de su líder Francisco Alberto Caamaño en 1973 y la salida del Partido Revolucionario Dominicano de su líder fundador: el profesor Juan Bosch.
Fuente: Acento..do
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