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El término traje deriva del término francés suivre que significa "seguir", en el sentido de que la chaqueta sigue los pantalones o viceversa. Entonces, un traje es una combinación de una chaqueta y un par de pantalones en una tela a juego. Es decir, es tanto el mismo color como la misma tela.
Como muchos aspectos de la moda masculina clásica, los orígenes del traje también se remontan a Beau Brummell, quien fue el caballero prototípico en la Inglaterra del siglo XIX. Antes de él, la moda masculina estaba muy influenciada por la corte francesa, y evolucionó alrededor de telas muy bordadas como el terciopelo, y calzones y medias hasta la rodilla. Beau Brummell se encargó de reemplazar todo esto por pantalones largos con botas, así como también un abrigo que no tenía mucha ornamentación o color.
Francamente, puede que Brummell no haya sido el primero en simplificar el clásico vestuario masculino francés, porque en ese momento, ya se había vuelto muy impopular. La moda masculina francesa se asoció negativamente con la Revolución Francesa, y las personas que la usaban eran decapitadas en la guillotina. Sin embargo, Beau Brummell definitivamente popularizó el nuevo estilo menos ornamental. Pareciera que la parte superior e inferior de sus atuendos no siempre eran exactamente iguales y combinaban, pero toda la silueta y una corriente de color más apagada sentaron las bases para el traje moderno como lo conocemos hoy.
Al comienzo de la Era victoriana, que duró de 1837 a 1901, la primera y más importante prenda que usaba un hombre era una levita. Se trataba de un abrigo negro parecido a los abrigos modernos. Tenía una sola abertura en la parte de atrás y era de abotonadura sencilla o doble. De largo, llegaba hasta las rodillas, y por eso se parece a un abrigo. Si bien la levita de botonadura sencilla era más común, la de doble era más formal porque también se la conoció como la Príncipe Alberto.
Más tarde en la Era victoriana, la levita básicamente se dividió en dos elementos diferentes: por un lado, el chaqué que mantenía los faldones; por el otro, el traje de negocios que los perdió. Si bien el chaqué mantuvo el largo, ahora tenía paneles abiertos en lugar de los cerrados de una levita, y a menudo tenía solo un botón y no conservó la doble botonadura.
Mientras que las levitas y los chaqués podían usarse técnicamente con un par de pantalones a juego, más a menudo se usaban con pantalones a contraste. Mantenían un esquema de color más oscuro pero no estaban hechos de una tela a juego. Por otro lado, el traje de negocios es parte superior e inferior hechas de tela a juego. Por eso también se conocía como dittoes que deriva de ditto, una palabra que implica la misma tela para la parte superior e inferior.
El traje de negocios se creó entre 1850 y 1870 en Escocia. Estaba hecho de una tela más pesada. Se lo creó con el propósito de que fuera una prenda para ocasiones casuales al aire libre. Hoy en día, la mayoría piensa que un traje es una prenda muy formal, pero durante la época victoriana era todo lo contrario. Era una prenda informal que no pretendía ser formal en absoluto.
Específicamente, el aspecto combinado con los pantalones, lo hizo menos formal, porque las levitas y los chaqués se usaban con pantalones que contrastaban un poco. Otra diferencia era obviamente el largo. Era un abrigo mucho más corto sin faldones y tenía un corte más como un saco, sin pinzas frontales pronunciadas.
Como su nombre indica, el traje de negocios era principalmente una prenda para ocasiones informales algo para estar cómodo especialmente en la campiña británica. Por supuesto, en ese momento, la calefacción central no era lo usual y los trajes siempre se usaban con un chaleco que combinara.
