El único acusado por la muerte de la viuda del expresidente de la CAM, su yerno, se sienta en el banquillo. Un jurado popular formado por nueve personas elegidas al azar debe decidir si lo absuelve de toda culpa o lo manda 24 años a prisión. Este tercer episodio se mete de lleno en el juicio e incluye las declaraciones más destacadas de entre el centenar de testimonios recogidos, y las conversaciones telefónicas que el acusado mantuvo días después del asesinato, reproducidas en la sala de vistas en una de las sesiones celebradas.

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