Venus es un planeta muy parecido a la Tierra, ya que ambos planetas poseen una masa, tamaño y gravedad similares. Sin embargo, al estar más próximo al sol, recibe mucha más radiación. Esto ha transformado un planeta tan similar a la Tierra en un lugar inhabitable, con una atmósfera extremadamente densa, temperaturas extremas, ausencia de agua y una densa capa de nubes. El núcleo se compone de hierro y níquel. Sin embargo, debido a su densidad, debe existir otro elemento ligero como el azufre. El manto se compone de roca en estado fluido debido al intenso calor del interior del planeta. Las corrientes de convección hacen que este manto se mueva lentamente hacia arriba y abajo constantemente, dando lugar al intenso vulcanismo del planeta. La corteza está formada por basaltos y silicatos. En algunos lugares, las presiones interiores del mando han roto la corteza formando volcanes por donde fluye la lava al exterior. Finalmente, la atmósfera de Venus está permanentemente cubierta por nubes de ácido sulfúrico, generando una composición casi total de dióxido de carbono, debido al gran efecto invernadero que existe en el planeta. El planeta debe su nombre a la figura romanizada de Afrodita, diosa griega del amor y la belleza femenina
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Créditos: www.flaticon.com
