Una de las grandes poesías de Jorge Luis Borges musicalizada por Nicolás Aldo Parente con la participación extraordinaria del Maestro Patricio Villarejo en violoncello y del guitarrista Axel Manescau.
En estos días de cuarentena, nos juntamos a través de videos para ir preparando este y otros temas que irán saliendo a la luz.
En un momento de encierro, otras puertas se pueden abrir.
El silencio permitió el sonido. Gracias a este período de gracia y desgracia.
Arte Poética (Jorge Luis Borges)
Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.
Sentir que la vigilia es otro sueño
que sueña no soñar y que la muerte
que teme nuestra carne es esa muerte
de cada noche, que se llama sueño.
Ver en el día o en el año un símbolo
de los días del hombre y de sus años,
convertir el ultraje de los años
en una música, un rumor y un símbolo,
ver en la muerte el sueño, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.
A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.
Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
lloró de amor al divisar su Itaca
verde y humilde. El arte es esa Itaca
de verde eternidad, no de prodigios.
También es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.
Traduzione in italiano:
Arte Poetica – Jorge luis Borges
Guardare il fiume fatto di tempo ed acqua
e ricordare che il tempo è un altro fiume,
sapere che ci perdiamo come il fiume
e che le facce passano come l’acqua.
Sentire che la vigilia è un altro sogno
che sogna non sognare e che la morte
che teme la nostra carne è quella morte
di ogni giorno, che si chiama sogno.
Vedere nel giorno oppure nell’anno un simbolo
dei giorni dell’uomo e degli anni,
trasformare l’oltraggio degli anni
in una musica, un rumore ed un símbolo,
vedere nella morte il sogno,
nel tramonto un triste oro,
tale è la poesia che è immortale e povera.
La poesia ritorna come l’aurora ed il tramonto.
A volte nei pomeriggi una faccia
ci guarda dal fondo di uno specchio;
l’arte dev’essere como quello specchio
che ci rivela la nostra propria faccia.
Raccontano che Ulisse, stufo di prodigi,
pianse d’amore nel vedere la sua Itaca
verde ed umile, L’arte è quell’Itaca
di verde eternità, non di prodigi.
E’ anche come il fiume interminabile
che passa e rimane ed è cristallo di uno stesso
Eraclito incostante, che è lo stesso
ed è un altro, come il fiume interminable.
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