A pesar de no cuidarlo, el jardín de Ezequiel, un viejo amargado y gruñón, se mantiene siempre floreciente por la presencia de Rosita, Pichancha y Juanito, unos niños que se meten a escondidas y en silencio a jugar en compañía de Benito, el hijo de 7 años de María; una joven madre soltera que ha trabajado limpiando la casa de Ezequiel desde hace varios años. Las vísperas de Reyes Magos comienzan y los recuerdos de su difícil infancia hacen que el mal humor de Ezequiel crezca, a pesar de su gran devoción hacia ellos, dejando a los niños sin su lugar favorito para jugar.

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