00:00 El sueño del dictador.
02:28 Estación biológica Rancho Grande.
05:16 Cacao en el Henri Pittier.
08:34 Comprar cacao en Venezuela.
09:32 Fermentación del cacao.
10:59 Iglesia de Cumboto.
12:14 Chopo Armado en el Henri Pittier.
13:09 Historia de Ocumare de la Costa.
14:13 Iglesia de Santa Rosalía de Palermo.
15:40 Posada Paraíso en Ocumare de la Costa.
17:09 El playón en Ocumare de la Costa.
18:45 Acampar en Ocumare de la Costa.
19:56 Manglares en Ocumare de la Costa.
21:35 El túnel del amor en Ocumare de la Costa.
22:27 La ciénaga en Ocumare de la Costa.
23:33 Posada Los Brothers.
25:08 La piscina en Ocumare de la Costa.
25:39 Playa de Juan Andrés en Ocumare.
26:50 Playa Catica en Ocumare de la Costa.
28:12 Cata pública y privada en Ocumare.
29:23 Carretera de Ocumare de la Costa.
29:59 Hospedarse en Ocumare de la Costa.
32:41 Posada Eco lodge en El Playón.
34:00 La calle de las posadas en El Playón.
34:56 Hotel La Paragua en Ocumare.
36:00 Posadas Olas Tropicales en Ocumare.
36:51 Posada María Luisa en Ocumare.
38:20 Posadas Hoteles en Ocumare.
39:54 El oro de Venezuela es su Caribe.
¿Qué es lo qué hay detrás del Henri Pittier para que, desde 1904, el entonces presidente general Cipriano Castro se empeñara en abrir un camino de mulas que lo atravesara completo?
¿Y para que más adelante se faje igual el general Gómez en 1933, quien logra abrir la carretera y hasta hace un hotel en pleno bosque que luego se convierte en la estación biológica Rancho Grande?
Pues lo que hay es El Caribe. La costa de Oro. Los pueblos de Cumboto, Ocumare de la Costa y Cata. Gente empeñada en vivir del turismo con una oferta de más de 250 posadas, unos 10 hoteles, montones de restaurantes y operadoras que se ocupan de llevar y traer a la visita por todos los atractivos.
Aquí la naturaleza se luce con una de las bahías más bellas de Venezuela. Cata se llama, de mar tranquilo porque está protegida por un malecón natural. Y justo al lado tiene Catica, más pequeña y privada, silvestre, a la que solo se llega caminando o en bote desde Cata. Ya fuera de la bahía es posible tomar un bote en La Boca en Ocumare de la Costa o en Cata para navegar esa costa tropical y Caribe y gozarse La Ciénaga, una laguna de todos los azules que entra hacia la montaña. Aquí se lucen los mangles en todas sus variedades. Ofrecen servicios de hospedaje muy sencillos, acampada, snorkel, buceo y kayak. Y si quieres una playa más virgen y privada, donde solo hay arena, olas y mar, vete a Juan Andrés, la soledad total. Lo más que puede ocurrir es que si el mar se agita, no se pueda entrar.
Pero estos pueblos no se conforman con el turismo. Aquí se sigue cultivando el cacao, tal como lo hace Douglas Dager en Cumboto, con una plantación totalmente orgánica de cacaos criollos de Aragua. También en Cumboto están los ríos para sacarse el agua salada. En Ocumare mantienen su vieja iglesia donde veneran a San Sebastián, pero desde el 2022, San Juan es el copatrono. Sugiero entonces visitarlos el 24 de junio, fiesta de San Juan, ya que en su casa está el San Juan más antiguo de Venezuela y el que desata las más profundas pasiones.
Definitivamente el verdadero oro de Venezuela está en la superficie, sin necesidad de horadar su tierra destruyendo el más anciano ecosistema del planeta.
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