Contexto
La derivación cerebral permite derivar el líquido cerebroespinal (LCE) de los ventrículos del cerebro para el tratamiento de problemas como la hidrocefalia, debida a una acumulación excesiva de líquido en los ventrículos. La derivación se puede regular o puede funcionar como sistema de aspiración del LCE para el diagnóstico de infecciones y para comprobar si la derivación sigue funcionando. También se puede utilizar como terapia para mitigar los síntomas de una presión intracraneal (PIC) elevada, al eliminar el líquido excesivo. En la mayoría de los casos, una derivación obstruida y con un funcionamiento incorrecto se debe a una infección; por ese motivo, es importante enviar una muestra de LCE para su investigación y a fin de descartar cualquier fuente de infección relacionada con la derivación. Los síntomas clínicos de una derivación con un funcionamiento incorrecto son dolores de cabeza con náuseas y vómitos, cambios de humor y en la personalidad, irritabilidad y un menor rendimiento cognitivo. También se pueden realizar pruebas sanguíneas y exploraciones radiológicas, como escaneos de IRM y TC, para descartar posibles infecciones y para investigar cualquier posible aumento del tamaño ventricular.
Objetivos clave
Preparación del paciente.
Acceso al depósito de la derivación.
Evaluación de la presión intracraneal de apertura.
Aspiración del líquido cerebroespinal.
Evaluación de la presión intracraneal de cierre.
Cierre.
Aspectos anatómicos clave
La regulación de la derivación depende de la ubicación de la obstrucción y del tipo de hidrocefalia.
Indicaciones
Investigar posibles infecciones de la derivación.
Investigar posibles oclusiones u obstrucciones de la derivación.
Mitigar cualquier presión intracraneal elevada.
Contraindicaciones
Infección en el punto de inserción.
Trastorno hemorrágico debido a una coagulapatía.
Falta de información acerca del diseño de la derivación y de la ubicación del depósito.
Cuidados posteriores al procedimiento
El apósito se aplica al punto de punción y se retira transcurridas 24 horas.
Monitorización de las constantes vitales del paciente cada hora con examen neurológico.
Se mantiene tumbado al paciente durante al menos tres horas tras el procedimiento.
Posibles complicaciones
Fugas de LCE en el punto de punción.
Presencia de infección.
Funcionamiento incorrecto del mecanismo de la válvula.
Congestión del sistema de derivación por coágulos.
Colapso de los ventrículos debido a una rápida aspiración del LCE.
Hematoma subdural debido a un colapso ventricular.
Autores
Brandon Root, MD, es residente en el Departamento de Neurocirugía del Centro Médico Dartmouth-Hitchcock. El Dr. Root obtuvo su título universitario en Biología por la Universidad de Redlands, donde se graduó en 2006.
Peter Morone, MD, es residente en el Departamento de Neurocirugía del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt. El Dr. Morone obtuvo su título universitario en Bioquímica por la Universidad de Indiana, donde estudio las células madre mesenquimales de la placenta y su capacidad para diferenciarse en neuronas.
Robert Singer, MD, es el Director de Terapias Neurovasculares y Profesor Adjunto del Departamento de Cirugía y Radiología de la Escuela de Medicina Geisel de Dartmouth. El Dr. Singer cuenta con la certificación del American Board of Neurological Surgery y es miembro del consejo médico asesor de la Brain Aneurysm Foundation.
Referencias
Miller, JP., Fulop, SC., Dashti, SR., Robinson, S., Cohen, AR. Rethinking the indications for the ventriculoperitoneal shunt tap (Reevaluación de las indicaciones para la derivación ventriculoperitoneal). J Neurosurg Pediatr. 2008;1(6):435–8.
Maartens, NF., Aurora, P., Richards, PG. An unusual complication of tapping a ventriculoperitoneal shunt (Una complicación poco habitual de la regulación de una derivación ventriculoperitoneal). Eur J Paediatr Neurol. 2000;4(3):125–9.
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