Creo que no hay ser humano que se salve de las conversaciones difíciles. Esos temas complicados de hablar en los que estamos esperando el momento perfecto para acercarnos y empezar la plática, en los que planeamos toda la conversación y las posibles respuestas para adelantarnos a lo que nos puedan decir, en las que no sabemos si hablarlo o no porque es incómodo y no estamos acostumbrados, en las que muuuuuchas veces mejor optamos por no decir nada y mejor suponer cosas o nos damos a nosotros mismos respuestas que según creemos nos diría la otra persona y esperamos que solitos desaparezcan los problemas nada más porque sí.
Pero ya todos sabemos que eso no pasa, sino que al contrario de como nos gustaría los problemas empeoran y llega un momento en el que explotamos y decimos las cosas de la peor manera posible. A mi me ha pasado muchas veces, por eso quise aprender de mis errores y te paso algunos consejos que me han servido a la hora de tener estas platicas difíciles. Y bueno, lo importante es que tengas la conversación, que no la evites aunque sea duro hacerlo.
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