LP de 12 pulgadas a 33 1/3 RPM, estéreo compatible, producido por Televisión Española y publicado en España por Odeón con sello La voz de su amo en 1968.
Cara A
A1 Preludio 2´50
A2 Relato De Leonello 4´40
A3 ¡Marinella...! ¡Marinella...! 2´05
A4 Ronda De Firulí-Ru-Lá 3´23
A5 Serenata: "Canta El Trovador" 2´25
A6 Soldado De Nápoles 2´00
Cara B
B1 Dúo De Rosina Y Leonello 15´50
B2 Intermedio 3´00
B3 Dúo Final 5´40
Reparto:
ROSINA Josefina Cubeiro
LEONELLO Vicente Sardinero
SARGENTO LOMBARDI Francisco Saura
Coro Cantores de Madrid, dirigido por José Perera
Orquesta Lírica Española, director Federico Moreno Torroba
La canción del olvido es una zarzuela en un acto, dividido en cuatro cuadros. Con libreto de Federico Romero y Guillermo Fernández-Shaw y música de José Serrano, se estrenó en el Teatro Lírico de Valencia el 17 de noviembre de 1916 y en el Teatro de la Zarzuela de Madrid el 1 de marzo de 1918, en ambos casos con muy buena acogida.
ACTO ÚNICO
Cuadro I:
El bello preludio —formalmente una suerte de scherzo con doble Trio— suele ejecutarse en el teatro antes de elevarse el telón. La acción transcurre en la ciudad imaginaria de Sorrentinos, en Nápoles, en 1799. El capitán Leonello es —en materia de conquistas femeninas— un insaciable aventurero, y la princesa Ferrata —Rosina, para sus íntimos, y por lo tanto para el oyente— que se ha enamorado a primera vista del apuesto conquistador, tratará de "domesticarle" para que siente cabeza definitivamente. Para llevar a buen término su plan, Rosina ha tomado habitaciones en la hostería donde paran Leonello y sus camaradas. Leonello anda en pos del favor de la cortesana Flora Goldoni, con quien tiene un fortuito encuentro que le hace creer que ella no tardará en rendirse al asedio. Así lo cuenta a sus camaradas reunidos en el salón de la hostería. Rosina, entretanto, sigue atenta la escena a través de los visillos de su aposento.
Llega Toribio, un músico ambulante. Leonello le pide que cante una serenata a Flora; pero, cuando se dispone a cantar, Rosina lo hace desde la celosía de su ventana, quedando Leonello fascinado por la voz e intrigado por quien la canta. Después, Rosina Llama a Toribio y le propone lo siguiente: él se hará pasar por su marido y tratará de seducir a Flora, mientras ella lo acompañará disfrazada de paje, ayudándole en todo lo que pueda.
Cuadro segundo
Toribio se ha citado con Rosina para llevar a cabo su plan. Aparece Leonello y lo desafía, quedando el resultado en tablas. Rosina, disfrazada de paje se dispone a darle la serenata a Flora; ésta aparece en la ventana preguntando por el trovador. Rosina explica sus motivos y presenta a Toribio como un gran príncipe. Flora cae rendida al encanto y lo hace entrar a su palacio. Llega Leonello con su rondalla y se extraña de ver que Flora no responde a su encanto; interroga a Rosina, la cual aprovecha para contarle todo y proponerle una venganza, debe de ir al Palacio Marinelli, donde está la esposa de su amo y seducirla. Al marcharse Leonello, aparece Toribio bruscamente expulsado del palacio, Rosina sonríe contenta de que su plan esté surtiendo efecto.
Cuadro tercero
En un pequeño gabinete del palacio, Rosina reza una plegaria ante una Virgen. Por el jardín entra Leonello y se arrodilla ante sus pies para buscar su amor. Ella burlonamente lo rechaza pero Leonello insiste, y le declara toda su pasión. Rosina, en vista de su acto, decide proponerle una cita en jardín del Palacio Marinelli, donde deberá demostrar si ese afecto es verdadero. Leonello marcha por el jardín, mientras Rosina canta burlonamente la canción del Olvido. Leonello queda desconcertado ante la voz, reconociendo la que oyó en la hostería y suplica que cante de nuevo. Al no recibir respuesta, marcha lentamente por el jardín.
Cuadro cuarto
En el jardín del Palacio Marinelli se celebra una pequeña fiesta. Toribio hace en ella gala de sus habilidades como cuentista, divirtiendo a todos los invitados. Leonello llega abatido y comenta a sus amigos el amor que siente por la princesa Rosina, que le ha hecho olvidar a Flora. Al quedar solo, ve a Toribio y aprovecha para retarlo a un duelo; cuando llega el momento, este sale corriendo. Rosina, habla con Leonello, sin poder reprimir su risa. Él se siente desconcertado por sus burlas; Rosina le descubre la sinceridad de sus palabras y decide revelarle la verdad. Leonello, recobra su alegría y bendice la Canción del Olvido que le ha traído la dicha de un amor verdadero. La obra acaba con la felicidad de Rosina y Leonello.
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