A los trece años abandonó sus estudios secundarios y comenzó a trabajar ayudando a su padre en el reparto de vino en damajuanas, de repartidor de una carnicería, trabajador a destajo de una farmacia (droguería) y tornero.12 Compró a crédito su primera guitarra y en sus tiempos libres, se dedicó a aprender a tocarla y a perfeccionar sus pasos de baile en el escenario.13 Sus primeros aprendizajes se los debió a un amigo guitarrista llamado Enrique Irigoytía. Ambos formaron un dúo de voces y guitarras con el que comenzaron a participar en concursos de canto y realizar serenatas a pedido en los suburbios del sur del Gran Buenos Aires,14 en los que el joven Roberto Sánchez hacía versiones de boleros de moda, especialmente «Quién será», del compositor Pablo Beltrán Ruiz.15 Inmediatamente lograron un gran reconocimiento y comenzaron a formar varios conjuntos.14 Del variado repertorio, Sánchez se encargaba de cantar los boleros, tangos y algo de rock and roll, mientras que Irigoytía cantaba las canciones litoraleñas y también rock. Algunos de los nombres de esas primeras bandas fueron El Trío Azul, integrado por Roberto Sánchez, Enrique Irigoytía y Agustín Mónaco, y el dúo Los Caribes, con su amigo Enrique Irigoytía.14
El propio Sandro reflexionaba años después sobre su inicio en la música:
Yo me nutrí con el rock. Gracias al rock dejé las calles, las navajas y las cadenas, y agarré una guitarra. Dejé la campera de cuero y las pandillas. El rock me salvó. Me salvó de que fuera quizás un delincuente.16
A comienzos de la década de 1960, Roberto Sánchez adoptó el nombre que le habían querido poner sus padres y las autoridades no permitieron, y a partir de entonces se presentó como Sandro. Su primera actuación con ese seudónimo fue en un local llamado Recreo Andrés, ubicado en la calle Cnel. Warnes, de Villa Jardín, partido de Lanús
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