En el acelerado y ajetreado día a día de las urbes, nos toca convivir en un ambiente complejo y acelerado. Los ciudadanos vivimos a un ritmo desenfrenado, en medio de humo, mucho humo, producto de la contaminación ambiental que proviene de la combustión de combustibles fósiles.
Pero ese humo también nos llega desde las personas que tiene el hábito de consumir tabaco. Los #fumadores —prácticamente— han generado una división territorial entre fumadores y no fumadores.
El humo del #cigarrillo ha parcelado a la sociedad en dos bandos. Incluso, en sitios públicos es común encontrar áreas reservadas para fumadores, a fin de no molestar a quienes no practicamos el hábito de inhalar humo de tabaco.
Precisamente, el 31 de mayo de cada año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y sus asociados mundiales celebran el Día Mundial #SinTabaco.
Se trata de una campaña anual que nos da la oportunidad para generar conciencia en la población sobre los efectos negativos y letales que tiene el hábito de fumar, el consumo de tabaco y la exposición al humo de tabaco ajeno.
La iniciativa busca persuadir a las personas sobre lo perjudicial que resulta para la salud el consumo de tabaco en cualquiera de sus formas.
Este año 2019 en particular, el Día Mundial Sin Tabaco se centra en el tabaco y la salud pulmonar. La campaña servirá para incentivar en los ciudadanos una reflexión sobre:
• Las consecuencias negativas para la salud pulmonar de las personas que tienen el hábito de consumir tabaco, que van desde el cáncer hasta enfermedades respiratorias crónicas.
• El papel fundamental que desempeñan los pulmones para la salud y el bienestar de todas las personas.
La campaña también pretende hacer un llamado de atención hacia las autoridades responsables de elaborar políticas anti tabáquicas eficaces, que permitan estimular la reducción en el consumo de tabaco, hasta erradicarlo.
Pero estamos ante una tarea para generar conciencia compleja y difícil, pues toca muchos intereses, a pesar de tratarse de un problema de salud pública.
En efecto, la industria del tabaco es muy poderosa. Se trata de un sector que genera enormes cantidades de dinero y muchos puestos de trabajo, además de invertir fuertes sumas de dinero en publicidad, promoción y patrocinio; práctica esta que —por cierto— está prohibida en muchos países.
Una de las formas como la industria del tabaco disfraza sus campañas para promocionar sus productos perjudiciales para la salud, es por la vía de actividades —supuestamente— basadas en el principio de responsabilidad social empresarial.
En todo caso, el Día Mundial Sin Tabaco nos invita, año tras año, a despertar —de una vez por todas— de esa especie de letargo que induce el humo del cigarrillo; para que enfrentemos, de una vez por todas, la realidad asociada al consumo de tabaco, que no es otra que el deterioro progresivo de nuestra salud y la de nuestros semejantes.
En definitiva, el humo del tabaco repercute de manera significativa en la salud pulmonar de los fumadores y no fumadores en todo el mundo.
Así que, ¡dile NO al consumo de tabaco!
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