Hay indignación en Japón luego de que se presentara un informe de 1.400 páginas en el Parlamento donde se revelan más de 25.000 casos de esterilización forzada en personas con discapacidad intelectual, enfermedades mentales o trastornos hereditarios.

Los procedimientos se realizaron bajo el amparo de una ley de eugenesia entre 1948 y 1996 que tenía como objetivo “prevenir el nacimiento de descendientes de mala calidad”.

Esta ley fue promulgada después de la Segunda Guerra Mundial y fue derogada en 1996. Aunque en un principio se justificó dentro de la escasez de alimentos que atravesaban por entonces, en 1975 los libros de texto de educación física de las escuelas secundarias japonesas afirmaban que esta ley tenía como objetivo "mejorar la predisposición genética de toda la población".


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