La Dra. María Paradís nos explica qué es el ojo seco y nos habla de las diferentes alternativas de tratamiento que existen para este problema visual.
El ojo seco es un síntoma, es la sensación de que tenemos el ojo seco, de que parpadeamos y nos falta lágrima.
Esta sensación o síntoma puede estar motivad por multitud de factores. La superficie ocular es como un ecosistema en el que participan muchas estructuras, desde la frecuencia de parpadeo a la longitud de las pestañas, la posición de los párpados, cómo se encuentra la conjuntiva, si tiene pliegues porque nos hemos hecho mayores o por exposición ambiental, si nos hemos sometido a una cirugía y tenemos alteraciones en la córnea por epiteliopatía o por defectos neurotróficos y, por supuesto, las enfermedades que sí generan ojo seco que son enfermedades autoinmunes y, dentro de ellas, el síndrome de Sjögren. Esta sería, realmente, la principal enfermedad o causa de xerostomía.
De la misma envergadura y con la misma gravedad nos podemos encontrar con tratamientos que afectan mucho a la función de la glándula lagrimal principal. Son tratamientos tan habituales como los antihipertensivos, los ansiolíticos, los antidepresivos y, por supuesto haberse sometido a tratamientos de quimioterapia y/o radioterapia. Por lo tanto, esta sintomatología puede estar derivada por muchos factores.
Habitualmente, cuando notamos ojo seco nos ponemos lágrimas artificiales. Si la lágrima no proporciona suficiente alivio, tendremos que consultar con un especialista que valore la superficie ocular. Cuanto antes demos este paso, mejor, porque cuanto más se haya roto el equilibrio de la superficie ocular, más difícil va a ser repararlo.
En cualquier caso, existen diferentes tratamientos para el ojo seco:
• Tratamientos inmunosupresores.
• Tapones lagrimales para mantener la humedad del ojo.
• Cirugías palpebrales, si fueran necesarias.
• Tratamientos con vitaminas que estimulan las terminaciones nerviosas y, por lo tanto, pueden tratar los problemas neurotróficos.
• Tratamientos más específicos: luz pulsada y luz modulada. Aplicando diferentes longitudes de onda podemos estimular las glándulas lagrimales y la superficie ocular.
Por lo tanto, ante la aparición de molestias por ojo seco, lo mejor es consultar con un especialista.
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