Hace casi dos años que la pandemia por COVID-19 paralizó el mundo y con él la atención a pacientes vulnerables como los afectados por la enfermedad de Alzheimer. El confinamiento total afectó enormemente a la evolución de la patología en muchísimos afectados, que se vieron obligados a vivir la enfermedad en soledad, así como aquellos que quedaron aislados en centros sociosanitarios para evitar el posible contagio. Además de los que ya estaban diagnosticados, la situación agravó la evolución de los pacientes que estaban en un estadío inicial de la patología. Una deuda pendiente que ahora las administraciones tienen la obligación de abordar y solucionar para afrontar los cuidados de estas personas y de sus familiares o cuidadores principales.
Ещё видео!