El marido insolente invitó a su amante a su cumpleaños, pero la reacción de la esposa lo cambió todo
Vika preparó un maravilloso desayuno para su marido Kirill, que tenía prisa por ir a trabajar. Sabía que a él le gustaba empezar el día con algo reconfortante, así que decidió preparar sus panqueques favoritos, esos que él siempre elogiaba. Mientras preparaba la masa, Vika pensaba en cómo podría hacer que el día de Kirill fuera un poco más especial, a pesar de sus habituales prisas matutinas.
Mientras el olor a panqueques recién hechos llenaba la cocina, Vika sonrió para sí misma, imaginando la expresión de satisfacción en el rostro de Kirill al ver lo que había preparado. Colocó una pila de panqueques en un plato y añadió una generosa cucharada de miel encima, sabiendo que era el toque final que a Kirill le encantaba.
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