La inmunidad a menudo se ve desafiada por la invasión de bacterias, virus, hongos y otros patógenos. Esto requiere los recursos del sistema inmunológico innato y adaptativo para proteger el cuerpo. Apoyar ambos brazos de la respuesta inmunológica con nutrientes es un aspecto vital para mantener un sistema inmunológico saludable.
La respuesta inmune innata es la primera línea de defensa, donde los glóbulos blancos engullen y digieren los patógenos a través de un proceso llamado fagocitosis. Si es necesario, el sistema inmunitario iniciará la respuesta inmunitaria adaptativa para respaldar la respuesta innata. El sistema inmunitario adaptativo incluye un ataque dirigido más especializado con células T y células B que atacan a los patógenos y crean anticuerpos.
La respuesta inmunológica, al igual que otros procesos críticos del cuerpo, requiere una nutrición adecuada para funcionar de la mejor manera. Dos nutrientes inmunológicos críticos para una función inmunológica fuerte son el zinc y la vitamina D. También es importante para la inmunidad una dieta balanceada con muchas frutas y verduras.
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