Salvador Dalí vivió con el cine un romance tempestuoso y en buena medida fallido, lleno de crueles decepciones y de proyectos frustrados, pero también salpicado por destellos fulgurantes de genio y de explosiones surrealistas. La pasión por el cine propia de la Generación del 27 prendió también con fuerza en el pintor, autor de numerosos textos vanguardistas sobre el arte de las imágenes en movimiento.
Rastrear esa pasión teórica será el objeto de una conferencia que tratará de ilustrar su forma de definir el cine para entender de qué manera el artista de Figueres acaba conectando –en su viaje por mundos imaginarios– con los delirios fantasiosos recorridos por Don Quijote en la obra cervantina.
