¡VAMOS A REZAR!
San Cipriano, que por la gracia divina se convirtió a la Fe de Nuestro Señor Jesucristo.
Tú que poseías los más altos secretos de la magia, ahora me he construido un refugio de mis enemigos y sus actos nefastos y malvados.
Por el mérito que habéis alcanzado, ante Dios, creador del cielo y de la tierra, anulad las malas obras, fruto del odio, las obras que los corazones endurecidos han hecho o harán contra mi persona y contra mi casa.
Con el permiso del Altísimo Señor Dios, responde a mi oración y ven en mi ayuda.
Estoy a salvo, estaré a salvo, entré a salvo, me iré a salvo, sano y salvo como nuestro Señor Jesucristo entró en el río Jordán con San Juan Bautista.
En la protección de San Cipriano entro, con la llave del Señor San Pedro me encierro.
A San Cipriano me encomiendo, con las tres palabras del credo, Dios me cierra.
Dios al frente, paz en el guía, que Dios sea mi compañía, el divino Espíritu Santo ilumine mis caminos, librándome de todo mal y enemigos que puedan oponerse a mi camino, que las siete fuerzas del credo cierren mi cuerpo.
Nuestro Señor Jesucristo, Hijo del Dios vivo, escucha mi oración.
El Purísimo Espíritu de Jesús fue, es y será, el vencedor de todos sus enemigos y de todos los opositores de los que aman y creen en Jesucristo.
Jesucristo reina.
Jesucristo reina.
Jesucristo Gobierna por los siglos de los siglos.
Oh poderoso y glorioso San Cipriano, intercesor ante Dios, protector incansable contra las fuerzas del mal y especialista en deshacer la hechicería, me dirijo a ti en este momento con humildad y fe, buscando tu poderosa ayuda.
En medio de las batallas espirituales que enfrento, reconozco tu divina presencia y pido tu intercesión. San Cipriano, tú que fuiste ejemplo de conversión, aprendiendo de las tinieblas para servir a la luz, te suplico que vengas en mi ayuda.
Pongo ante ti todas las ataduras e influencias negativas que han sido echadas sobre mí. Tú conoces, oh, santo guerrero, la astucia y la malicia de los hechiceros y hechiceras que buscan hacer el mal y dañar a los que siguen el camino de la verdad y el amor.
Deshace, oh San Cipriano, los maleficios que se tramaron contra mí. Con tu poder divino, anula toda mala acción que intente rodearme. Libérame de las garras del mal, desviando sus malas intenciones y rompiendo los lazos que me aprisionan.
Tú, que enfrentaste las fuerzas del mal con coraje y determinación, inspírame a seguir el mismo camino. Concédeme la fuerza interior para enfrentar cualquier adversidad que se presente en mi vida. Permíteme resistir los ataques del enemigo oculto, confiando plenamente en la protección divina.
Oh San Cipriano, invoco tu presencia en este momento de angustia, sabiendo que eres un poderoso defensor de aquellos que buscan la luz y la verdad. Te pido que guíes mis pasos, iluminando mi camino y quitando todas las sombras que tratan de confundirme.
A ti, que fuiste testigo de la misericordia divina, te suplico que seas mi intercesor ante Dios. Imploro al Padre Celestial que me libere de las ataduras del mal y me llene de su gracia y protección.
San Cipriano, valiente guerrero, te suplico que estés a mi lado, protegiéndome y fortaleciéndome. Que tu valentía se manifieste en mi corazón, para que enfrente sin miedo todas las adversidades que se presenten en mi camino.
Con tu poderosa intercesión, San Cipriano, confío en que seré librado de todo mal. Creo en el poder del amor divino, que es más fuerte que cualquier brujería o mala influencia. Que la luz de tu divina protección me envuelva, deshaciéndome de toda oscuridad.
En nombre de San Cipriano, pido a Dios que me conceda la victoria sobre el mal y la paz interior. Que tu amor incondicional me llene y guíe, permitiéndome vivir una vida plena, libre de influencias negativas.
QUE ASÍ SEA... AMÉN.
#oración #oraciónpoderosa #sancipriano #oracion
