El Príncipe Harry y Meghan Markle tuvieron una fría recepción en las celebraciones del Jubileo de Platino de la reina — y un miembro de la familia real está literalmente maldiciendo el nombre del segundo hijo del Príncipe Carlos.


La nieta de la reina, Zara Tindall, se casó con su esposo, Mike Tindall, en el 2011. Un jugador de rugby con un historial de narices rotas y borracheras, no es exactamente lo primero que se espera cuando se piensa en un miembro de la familia real británica. Y, al parecer, tampoco tiene miedo de decir lo que piensa, al menos no cuando se trata de disputas de la familia real.


El Príncipe Harry y Meghan Markle hicieron su primer regreso conjunto al Reino Unido en junio del 2022 desde que dejaron de ser miembros activos de la familia real en el 2020. Su salida de la familia y del país en el 2020 fue vista por algunos como liberadora, pero otros miembros del público y de la familia real presuntamente opinaron negativamente sobre su salida — conocida por algunos como "Megxit."


La polémica se avivó aún más cuando la pareja concedió una controvertida entrevista con Oprah Winfrey, en la que expusieron sus quejas con la familia real, acusando a la institución de ser racista e insolidaria. También alegaron que otros miembros de la familia, entre ellos el hermano de Harry, William, y su padre, Carlos — ambos llamados a ser futuros Reyes del Reino Unido — estaban "atrapados" en sus funciones.


No hace falta decir que la familia real quedó descontenta con los comentarios de Harry y Meghan, lo que llevó a lo que se reportó como una fría vuelta a casa para los duques de Sussex.


Como dijo una fuente a Hollywood Life, antes de hacer el viaje, los duques de Sussex estaban "cautelosamente emocionados" por reunirse con el resto de la familia real. La fuente compartió,


"Saben que todas las miradas estarán puestas en ellos, lo que siempre es estresante, pero al mismo tiempo va a ser una oportunidad para que muestren al mundo que siguen siendo parte de la familia. Lo último que quieren es quitarle atención a la reina; van a honrarla y celebrarla".


Pero en las celebraciones del Jubileo a Meghan y Harry se les negó el acceso al balcón del Palacio de Buckingham, y se les negó la oportunidad de tomar una fotografía de la Reina Isabel conociendo a su bisnieta, Lilibet Mountbatten-Windsor. El encuentro entre la monarca y los duques de Sussex duró apenas 15 minutos.


En su visita, Harry y Meghan hicieron su primera aparición pública con la familia real desde que dejaron el servicio activo, en la catedral de San Pablo, a la que asistieron para un servicio de acción de gracias.


Tras el servicio en la catedral de San Pablo — el único acto oficial en el que los duques de Sussex estuvieron con los demás miembros de la realeza — las cámaras los captaron hablando con Zara mientras Mike se mostraba aparentemente incómodo al ser abordado por la pareja. De hecho, él entabló una conversación con otra persona, aparentemente para evitar que se les acercaran. Meghan y Harry se alejaron pronto, sin hablar con el ex atleta.


La experta en lenguaje corporal Judi James sugirió que Zara estaba "feliz de charlar" mientras que Mike parecía incómodo, señalando,


"Al final, habla con el vizconde Linley, que da la espalda a Harry, cortando la conversación de Zara con Harry".


Lady Colin Campbell comentó la frialdad que recibieron Harry y Meghan en una entrevista con GBNews.


Tras el evento, Mike Tindall presuntamente compartió lo que realmente sentía por la pareja con otro invitado en una reunión diferente. Según un informe de Express, en una recepción posterior a la Fiesta de Platino en el Palacio de Buckingham, Tindall aprovechó para llamar al Príncipe Harry "bastardo".


El comentario le hizo supuestamente Mike a un invitado y fue escuchado por la fuente del medio. Harry y Meghan Markle no asistieron al concierto Platinum Party junto al resto de la familia real. Los Tindall se sentaron justo detrás de Kate Middleton y sus hijos.

Si bien los abucheos se podían escuchar en varios videos del día, varias fuentes informaron que todavía había al menos algunos vítores para Meghan y Harry fuera de la Catedral de San Pablo, lo que parece indicar que el pueblo de Gran Bretaña no está totalmente contra ellos. Pero en cuanto a Mike Tindall puede que aún necesite un poco más de convencimiento.


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