Hablemos un poco de la historia de este sitio, para la epoca Antioquia contaba con un gran problema y era la falta de vías de facil acceso con el rio Magdalena y el mar Atlantico, se soñaba con la unificación ferroviaria de Medellín con Puerto Berrio a la que se interponía la formidable barrera natural de La Quiebra, que había derrotado incluso al prestigioso Francisco Javier Cisneros.
Fue entonces cuando el ingeniero antioqueño Alejandro López Restrepo en 1899 presentó su tesis de grado llamada El paso de La Quiebra en el Ferrocarril de Antioquia. Todo esto con el fin de dar solución al embotellamiento de productos producidos en Antioquia y claro obtener el título de Ingeniero Civil.
Desafortunadamente la tesis fue rechazada por el jurado, que la estimó osada y utópica, sin embargo, Alejandro continúo trabajando y bajo la mentoria del ingeniero Pedro Nel Ospina, quien estimando que justamente Antioquia necesitaba ese tipo de propuestas arriesgadas y valientes para salir de su atraso, empleó toda su influencia personal no sólo para revertir el veredicto, sino para hacerla publicar y distribuir oficialmente. Desde ese momento ambos trabajaron para lograr conseguir la expedición de la Ordenanza Nº 4 del 15 de marzo de 1926, que dispuso la construcción del túnel con los fondos de la indemnización de Panama.
Para su construcción bajo la firma canadiense Frasser, Bracer & Co se removieron 110.532 metros cúbicos de roca, se utilizaron mas de 540.000 libras de dinamita y 7.540 barriles de cemento importado. Todo esto en tan solo tres años ya que se llevo a cabo entre 1926 a 1929 y finalmente el 7 de agosto de 1929, el túnel de La Quiebra fue inaugurado oficialmente llegando a ser con sus 3.742 metros de largo el segundo en América Latina y el séptimo en el mundo, confirmando desde entonces el gusto por las obras gigantes entre los regionales de Antioquia.
Como su ultima voluntad y convencido de haber acertado en el blanco 30 años antes, el ingeniero Alejandro López pidió que su cuerpo fuese enterrado en una de las entradas del túnel. Durante años y aún hasta hoy los maquinistas o conductores que van por esta vía tienen la tradición de saludar la tumba de López con un pitazo, señalando con ello que un hombre que cree en el futuro de su nación nunca desaparecerá de la imaginación popular.
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