Es posible que esta aseveración te sorprenda, pero ahí está la clave de todo: no identificarte con lo que sucede en tu mente o con las escenas y emociones que pasan por ella.
Dicho de otro modo, dirime la verdad y la falsedad de tus creencias y pensamientos.
Sobre esto, se cuenta que Churchill utilizaba la expresión “hoy tengo el perro
negro caminando a mi lado” cada vez que se sentía deprimido, para significar
que la depresión era algo ajeno a él.
Mi apreciada amiga @jenny_moix, profesora de psicología de la UAB, lo explica así en su
excelente libro “Mi mente sin mí”:
«Somos dos: el yo y la mente. El yo es el foco. ¿Y la mente? La mente es un mono. Al mono a veces parece que le gusta hacernos sufrir, y convierte un simple atasco en algo
de vida o muerte. Posee ese torturante poder.»
Estos pensamientos erosionan nuestra autoestima con pensamientos tóxicos y autodestructivos que minan nuestra autoestima.
Darte cuenta de que son pensamientos, y no verdades, es el primer paso para
liberarte de esa basura mental y preservar tu autoestima.
Te mando un cálido abrazo,
Álex
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