La presencia de cotorras argentinas (Myiopsitta monachus) se ha convertido en habitual en centenares de pueblos y ciudades de España (también en zonas rurales). En algunos puntos esta especie exótica (invasora en nuestros hábitats) ha pasado de ser una plaga que provoca molestias (ruido, suciedad) y daños en otras especies, hábitats y cultivos. Se han puesto a prueba diversos sistemas de control pero los resultados han sido hasta ahora limitados y desiguales.
El Ayuntamiento de Madrid parece haberse convertido en adalid en la guerra contra las cotorras argentinas y desde hace unos meses trabaja en uno de los planes de control más radicales. La palabra guerra en este caso no es del todo metafórica porque, según ha denunciado el partido de defensa de los animales Pacma, la empresa contratada por el Ayuntamiento de Madrid para el control de las cotorras está matando a estas aves a tiros (con balines disparados con escopetas o carabinas de aire comprimido, en concreto).
