El poblado de Giethoorn, en Holanda, podría parecer un pueblo típico de Europa, excepto por un detalle, no tiene calles. La gente anda en bicicleta, camina y, sobre todo, se transporta en bote. Se mueven a través de los canales del pueblo para hacer sus compras, ir al trabajo o visitar a los amigos. Y es que con tantos canales también hay muchos puentes, 167 para ser exactos, los cuales conectan a los 2,400 residentes en sus labores diarias. Giethoorn es la prueba contundente de que se puede tener una vida muy normal sin asfalto ni tráfico.

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Esta historia forma parte de la serie Nuestro Planeta. Desde mamíferos, insectos, aves, y reptiles, hasta plantas, maravillas naturales y obras arquitectónicas, los humanos compartimos este planeta con todo tipo de criaturas e invenciones de otros humanos. Ven a viajar con nosotros a lo largo y ancho de nuestra Tierra y conoce algunos de sus habitantes y espacios más salvajes y recónditos.

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