El Emperador romano Maximino el Tracio, es descrito por varias fuentes antiguas, como un hombre enorme que alcanzaba una altura de más de 2.4m. Todo tipo de extrañas anécdotas se escribieron acerca de su enorme estatura. Se cuenta que, como un joven pastor de la provincia romana de Tracia y de origen bárbaro, obtuvo la ciudadanía romana y su inducción al ejército cuando derroto en una pelea a 16 legionarios. Ahí comenzaría su meteórico ascenso hasta su nombramiento como Emperador romano, cargo que ejercería entre el 235 y el 238 de nuestra Era. En la obra Historia Augusta escrita en el Siglo III se afirma que el Emperador Maximino era capaz de comer más de 20kg de carne, y unos 20 litros de vino diariamente. Otras exageraciones de la época afirman que podía ganarle una batalla de fuerza con una cuerda a un grupo de caballos, o derribar a una mula de un solo golpe. Algunos historiadores sugieren que padeció de acromegalia, un trastorno provocado por un desorden de la glándula pituitaria, a decir por los rasgos por los que es representado: frente prominente, nariz larga y mandíbula alargada. El Emperador Maximino fue asesinado por sus tropas en el 238, y su reinado es considerado el inicio de la decadencia de la Roma Imperial.
