Pedro I de Rusia o Pedro I Alekséievich, apodado Pedro el Grande fue uno de los gobernantes más destacados de la historia de Rusia, perteneciente a la dinastía Románov.
Gobernó Rusia desde el 7 de mayo de 1682, hasta su muerte, y antes de 1696 lo hizo junto con su débil y enfermizo hermano, Iván V de Rusia. Llevó a cabo un proceso de modernización mediante la occidentalización y expansión que transformó a la Rusia moscovita en una de las principales potencias europeas. Se casó con Eudoxia Lopujiná, con quien tuvo un hijo y, en segundas nupcias, con su sirvienta, que tomaría el título de Catalina I al suceder a Pedro tras su muerte ocurrida en San Petersburgo el 8 de febrero de 1725 a consecuencia de una infección en la vejiga.
La dinastía Románov fue la casa real gobernante en Rusia desde el siglo xvii hasta principios del siglo xx. Comenzó con la coronación de Miguel I en 1613, hijo del patriarca Filareto (primo de Teodoro I de Rusia), y rigieron el país hasta que se abolió la monarquía como consecuencia de la revolución de febrero de 1917.
Ganaron influencia durante el Gran Interregno generado por la muerte de Iván IV (1584). En 1613 una asamblea de nobles eligió zar al sobrino nieto de Iván, Miguel I de Rusia (1613), con el que se inició la dinastía. A Miguel le sucedieron su hijo Alejo I de Rusia (1645) y su nieto Teodoro III de Rusia (1676), cuya muerte inició un conflicto sucesorio entre los descendientes de Alejo I, Pedro el Grande y sus hermanastros Iván V y Sofía.
Anastasia, Nicolás II, Rasputín, etc.
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