Madrid, 13 ene (EFE).-
Cocaína escondida en el interior de plátanos de plástico o en el mango metálico y casi inaccesible de punzones de carpintería. Las artimañas para burlar los controles policiales son cada vez más imaginativas. El primer cargamento, interceptado en el puerto de Algeciras procedía de Ecuador; no es la primera vez que se oculta la droga en contenedores de fruta, pero nunca antes se había hecho en piezas huecas de plástico.
Los responsables del traslado de la droga programaron previamente el envío de al menos diez contenedores cargados únicamente con mercancía legal para no despertar sospechas. Pero los agentes llegaron hasta ellos a raíz de una investigación iniciada el año pasado tras identificar en la Costa del Sol a varios miembros de un grupo de 'narcos' que traficaban con grandes partidas de cocaína en localidades malagueñas. Cuatro personas han sido detenidas y 162 kilos de cocaína incautados.
El otro método de ocultación es si cabe más complejo. Los agentes tuvieron que pedir la ayuda de un metalista para acceder al interior de los mangos de estos punzones de carpintería, en los que se escondía hasta medio kilo de coca de gran pureza.
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