Siurana de Prades es un pueblecito situado encima de un acantilado que domina desde los 730 metros de altura todo el valle del Siurana y buena parte de la comarca de El Priorat. Rodeado totalmente por acantilados de casi 300 metros sobre el río y el embalse, el pueblo destila un marcado carácter medieval rico en leyendas que contribuyen a dibujar una atmósfera casi mítica a su alrededor.

La más conocida de todas habla del tiempo en que Siurana era el único bastión musulmán en toda Cataluña, y su castillo era el último reducto del valí árabe Almira Almemoniz. Al llegar las tropas cristianas de Ramon Berenguer IV, la hija del valí, de nombre Abdelàzia, de una belleza singular, prefirió saltar al vacío desde el acantilado más alto antes que caer en manos enemigas. Tapó los ojos a su caballo y lo dirigió hacia el abismo. La bestia se dio cuenta demasiado tarde para evitar la caída, pero el intento desesperado para frenar a última hora todavía se puede ver en forma de herradura marcada en la roca del Salt de la Reina Mora, que es como se denomina actualmente el acantilado.

Precisamente, los restos del castillo árabe saludan al visitante de Siurana. Se trata de un edificio militar del siglo IX que antiguamente cerraba completamente el paso hacia el núcleo urbano. Destaca la popularmente denominada Cárcel, una estancia cubierta por una bóveda de sillares.

El extremo del acantilado de Siurana está ocupado por la iglesia de Santa María, construida con un estilo románico entre los siglos XII y XIII, que se conserva en un estado excelente. Es un edificio de una sola nave con ábside semicircular.

También hay que destacar que Siurana ha estado habitada desde la prehistoria, como demuestran los restos de instrumentos de sílex encontrados en este lugar.

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Siurana de Prades is a small town located on top of a cliff that dominates the entire Siurana valley and a good part of the El Priorat region from a height of 730 meters. Completely surrounded by cliffs almost 300 meters above the river and the reservoir, the town exudes a marked medieval character rich in legends that contribute to drawing an almost mythical atmosphere around it.

The best known of all speaks of the time when Siurana was the only Muslim bastion in all of Catalonia, and its castle was the last stronghold of the Arab vali Almira Almemoniz. When the Christian troops of Ramon Berenguer IV arrived, the valí's daughter, named Abdelàzia, of singular beauty, preferred to jump into the void from the highest cliff rather than fall into enemy hands. She covered her horse's eyes and directed him towards the abyss. The beast realized it too late to avoid the fall, but the desperate attempt to brake at the last minute can still be seen in the shape of a horseshoe marked on the rock of the Salt de la Reina Mora, which is what the cliff is currently called.

Precisely, the remains of the Arab castle greet the visitor to Siurana. It is a military building from the 9th century that previously completely closed the path to the urban center. The popularly called Jail stands out, a room covered by a vault of ashlars.

The end of the Siurana cliff is occupied by the church of Santa Maria, built in a Romanesque style between the 12th and 13th centuries, which is preserved in excellent condition. It is a building with a single nave with a semicircular apse.

It should also be noted that Siurana has been inhabited since prehistoric times, as demonstrated by the remains of flint instruments found in this place.

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