La educación es un pilar fundamental en el judaísmo y se considera un deber y una responsabilidad de cada persona educarse a sí misma y a los demás. Desde la antigüedad, los judíos han valorado la educación como una forma de perpetuar su identidad y tradición cultural, transmitiendo conocimientos y valores de una generación a otra.

En el judaísmo, la educación comienza en el hogar y se extiende a la sinagoga y a la escuela. Los padres son los primeros y principales educadores de sus hijos, enseñándoles sobre la fe, la moralidad, la ética y la ley judía. La educación formal en la escuela judía, conocida como yeshivá, es una parte importante de la vida de los niños y jóvenes judíos y se centra en el estudio de la Torá y los textos sagrados.

La educación en el judaísmo también está orientada hacia la acción y el servicio comunitario. Los valores de la justicia social y la responsabilidad cívica son fundamentales en la enseñanza judía, y se espera que los estudiantes apliquen sus conocimientos y habilidades para mejorar el mundo que les rodea.

En resumen, la educación es considerada esencial en el judaísmo para preservar y transmitir la cultura y la identidad judía, así como para fomentar la moralidad, la ética y la justicia social. La educación en el judaísmo es un proceso continuo que comienza en el hogar y se extiende a la escuela y la comunidad, y tiene como objetivo formar individuos comprometidos con el servicio a los demás y la construcción de un mundo mejor.

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