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Hemos llegado al séptimo mes de embarazo. Un mes en el que entramos en el tercer trimestre y se abre un nuevo periodo en la espera del nuevo hijo.

Si el segundo trimestre ha sido el del descubrimiento de las sensaciones de la gestación ahora estas comienzan a pesares. Y si bien la dicha y la impaciencia embarga a la mamá, asimismo se ve perjudicada por el peso creciente y las molestas que aumentan.
Si el segundo trimestre ha estado encabezado por la sensación de totalidad física y sensible, en este mes la impaciencia y el cansancio aumentan. Es una temporada en especial sensible en la que madre y también hijo descubren nuevas sensaciones.

Los cambios en el cuerpo de mamá en el séptimo mes de embarazo
Es realmente posible que la madre padezca de hinchazón de pies y tobillos. Para prosperar, aparte de tener una dieta equilibrada con la sal conveniente y una adecuada hidratación, es esencial que eleve los pies y que duerma manteniéndolos levantados.
Si bien ya habríamos de estar cuidando nuestra piel desde hace unos meses, ahora, con la mayor dilatación de vientre, es imprescindible utilizar crema hidratante para intentar eludir las estrías.

El útero ha crecido bastante y llega hasta el ombligo. Eso hace que la madre sienta molestias en el estómago, y en ocasiones, una sensación de opresión en los pulmones.

El volumen de sangre ha crecido y el corazón va más veloz para poder bombearla. En este mes es esencial que se realice adecuadamente el control de la presión de la sangre para advertir a tiempo posibles inconvenientes de presión sanguínea o bien preeclampsia.

La mujer puede sentir contracciones de Braxton Hicks, que no son peligrosas, mas hay que estar atentas para advertir una posible amenaza de parto prematuro controlando su frecuencia.
Hay que agregar que, con el incremento de peso, que ahora es más o menos de 7 kilogramos, el centro de gravedad cambia y asimismo la capacidad de moverse de manera ágil. Resulta necesario, en consecuencia, extremar las cautelas de accidentes o bien caidas.

Embarazo de ocho meses
En el octavo mes de embarazo, el parto es la idea más recurrente. Hay que continuar prestando atención a los cambios anatómicos (como ya se mentó en el último artículo de esta serie) mas comenzarán a ser en especial esenciales las sensaciones sensibles y el agobio anterior al resultado del embarazo.

Centraremos la reflexión de este periodo del embarazo en las actitudes y hábitos que pueden facilitar la vida de la encinta y en la situación que vive el embrión con un tamaño cada vez mayor en un espacio cada vez menor.

A la complejidad creciente de efectuar las actividades ordinarias se agrega el nerviosismo por el hecho de que todo salga bien, y como las posibilidades de moverse son menores, es más simple caer en pensamientos repetitivos, dudas y miedos.

Es usual oír a las madres en su segundo o bien tercer embarazo, que no han tenido tiempo de ponerse inquietas por el hecho de que los hijos mayores no las han dejado. Semeja razonable entonces que sea positivo localizar una ocupación que deje pasar el tiempo de la manera más veloz y agradable posible.

Los paseos breves y en múltiples ocasiones a lo largo del día pueden ofrecer la ocasión de distracción conjuntada con el efecto facilitador de la circulación de retorno que tiene el pasear.

Otro factor esencial es el que se refiere al reposo. Es esencial proponerse todos estos cambios sin agobios: el sueño es una actividad natural y no podemos pretender supervisar la postura a lo largo de 3 o bien 4 horas seguidas puesto que es normal moverse, mas quizás nos ofrezca alguna ayuda para sacarle un tanto más de desempeño.

El movimiento es vida, mas reducen las posibilidades de flotación del embrión por el descenso de espacio en el útero. La actividad cotidiana de la madre asistirá a calmar esta situación puesto que de manera indirecta, cuando se mueva , va a mover al bebé.

Sus comportamientos son ya muy complejos y empieza a estar dispuesto para el nacimiento, si bien se adelantase.

La cercanía del parto nos debe hacer meditar sobre de qué forma facilitar la asistencia al centro médico. Debemos negociar con los familiares o bien con la pareja como solventar la salida en el caso de alguna situación de urgencia o bien duda.

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