Pese a que la mitad de la población declara haber sido discriminada por su apariencia y el color de piel sea el principal motivo de discriminación en la capital, México se ha resistido a reconocer el racismo sistémico. Ciudad de México sancionará ahora los actos discriminatorios en establecimientos y servidores públicos, un paso más para combatir un fenómeno normalizado bajo el disfraz del mestizaje.
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