Desde hace siglos, los moradores de la capital llamada Guadalajara, han sentido el real Patrocinio de María Santísima de Zapopan contra rayos, tempestades y epidemias. Si bien, los males que ahora afectan a la ciudad, son plagas y pestes distintas a las del siglo XVIII, se sabe que será bajo su protección e intercesión ante Dios, que a este lugar pronto volverá la tan ansiada calma.
Se ha llegado el nueve de octubre, y con él, la Generala ha vuelto a la Iglesia Madre de la Arquidiócesis de Guadalajara, culminando la visita por los templos de la ciudad donde atenta ha escuchado a sus hijos que la lloran y extienden hasta ella súplicas y agradecimientos. Virgencita de Zapopan, Madre Santísima de la Expectación, Gracias por visitar esta ciudad que tanto te ama, confiados estamos entre el hueco de tus manos.
¡Viva María Santísima de la Expectación de Zapopan!
¡Viva la Reina y Madre de Jalisco!
¡Viva la Patrona de la Arquidiócesis de Guadalajara!
