¿Quieres aprender a rezar el Rosario de las 9 Cuentas de San Padre Pío? Este video te enseña paso a paso cómo hacerlo, siguiendo el método que usaba el santo capuchino para honrar a la Virgen María. El Rosario de las 9 Cuentas es una devoción muy antigua y poderosa, que consiste en rezar 9 Ave Marías, un Padre Nuestro y un Gloria en cada cuenta, meditando los misterios del Rosario tradicional (esta simplificado en el video para que os sea mas fácil su oración). El Padre Pío rezaba decenas de rosarios al día, y llamaba a esta oración “el arma” contra el enemigo. Descubre los beneficios espirituales de esta práctica, y únete a la cadena de oración que el Padre Pío inició con sus hijos espirituales. No te pierdas este video, y compártelo con tus amigos y familiares. ¡Que la Virgen María te bendiga! 🙏🌹
El Rosario de las 9 Cuentas de San Padre Pío:
Realiza la Señal de la Cruz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ora en el Crucifijo:
Oh Jesús, lleno de gracia y caridad, víctima por los pecadores, tan impulsado por Tu amor por nosotros que quisiste morir en la cruz, te ruego humildemente que glorifiques en el cielo y en la tierra al siervo de Dios, Padre Pío de Pietrelcina, que participó generosamente en tus sufrimientos, te amó tanto y trabajó fielmente para la gloria de tu Padre celestial y para el bien de las almas. Con confianza, te ruego que me concedas, a través de su intercesión, (Menciona tu petición aquí...) que ardientemente deseo.
En cada conjunto de las tres cuentas, di un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
Padrenuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino; hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. Danos hoy el pan nuestro de cada día; perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Oración final en la medalla:
Quédate conmigo, Señor, porque es necesario tenerte presente para no olvidarte. Sabes lo fácilmente que te abandono. Quédate conmigo, Señor, porque soy débil y necesito tu fuerza para no caer tan a menudo. Quédate conmigo, Señor, porque eres mi luz y sin ti estoy en la oscuridad. Quédate conmigo, Señor, para mostrarme tu voluntad. Quédate conmigo, Señor, para que escuche tu voz y te siga. Quédate conmigo, Señor, porque deseo amarte mucho y estar siempre en tu compañía. Quédate conmigo, Señor, si quieres que sea fiel a ti. Quédate conmigo, Señor, tan pobre como es mi alma, quiero que sea un consuelo para ti, un nido de amor. Quédate conmigo, Jesús, porque se hace tarde y el día llega a su fin; la vida pasa, se acerca la muerte, el juicio y la eternidad. Es necesario renovar mis fuerzas para que no me detenga en el camino, y para eso te necesito. Se hace tarde y se acerca la muerte; temo la oscuridad, las tentaciones, la aridez, la cruz, las penas. ¡Oh, cómo te necesito, mi Jesús, en esta noche de exilio! Quédate conmigo esta noche, Jesús; en la vida con todos sus peligros, te necesito. Permíteme reconocerte como tus discípulos lo hicieron en la fracción del pan, para que la Comunión Eucarística sea la Luz que dispersa la oscuridad, la fuerza que me sostiene, la alegría única de mi corazón. Quédate conmigo, Señor, porque a la hora de mi muerte quiero permanecer unido a ti, si no es por la Comunión, al menospor gracia y amor. Quédate conmigo, Señor, porque solo a ti busco, tu amor, tu gracia, tu voluntad, tu corazón, tu Espíritu, porque te amo y no pido otro premio sino amarte más y más. Con un amor firme, te amaré con todo mi corazón mientras esté en la tierra y continuaré amándote perfectamente durante toda la eternidad. Amén.
Oración para la Intercesión de San Pío de Pietrelcina
Dios misericordioso, bendijiste generosamente a tu siervo, San Pío de Pietrelcina, con los dones del Espíritu. Marcaste su cuerpo con las cinco llagas de Cristo crucificado, como un poderoso testimonio de la pasión y muerte salvadora de tu Hijo. Dotado con el don del discernimiento, San Pío trabajó incansablemente en el confesionario por la salvación de las almas. Con reverencia y devoción intensa en la celebración de la Misa, invitó a innumerables hombres y mujeres a una mayor unión con Jesucristo en el Sacramento de la Sagrada Eucaristía. Por la intercesión de San Pío de Pietrelcina, te ruego con confianza que me concedas la gracia de(aquí expresa tu petición). Amén.
3x Gloria al Padre.
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