El 10 de junio de 1944, Mexico pone en servicio la segunda locomotora de vapor hecha exclusivamente por obreros mexicanos, bajo la dirección del Ingeniero Jose Cardoso y sin ninguna asesoría estadounidense. La importancia del evento no tenía precedente, ya que demostraba que la capacidad y creatividad mexicana.

Fidelita es el nombre que los obreros de Acámbaro, Guanajuato, le pusieron a la locomotora de vapor 296, construida ahí en 1944 a iniciativa del maestro mecánico José Cardoso. La máquina fue hecha por los obreros nacionales sin ninguna asesoría norteamericana.El nacimiento de Fidelita demostró al país la posibilidad de construir locomotoras en México, mismas que resultaban más costeables y de mejor calidad que las norteamericanas, ya que con motivo de la guerra sólo nos vendían chatarra.Los obreros demostraron apego al oficio, creatividad e inventiva en la construcción de la locomotora, a la vez que participaban en el frente de producción, como respuesta al llamado hecho por el presidente Manuel Ávila Camacho con motivo de la segunda guerra mundial. La locomotora 296 realizó sus recorridos en perfectas condicione y resultó una sorpresiva muestra de cómo el esfuerzo y la imaginación pueden sustituir la dependencia tecnológica.

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