Mira la parábola de Jesús sobre el Buen Samaritano. Esta parábola relata la historia de un hombre que fue asaltado por unos ladrones. Lo dejaron casi muerto en el camino. Luego pasó un sacerdote y siguió de largo. Más tarde pasó un levita y también siguió su camino. Entonces pasó un extranjero samaritano, quien se detuvo, lo ayudó y lo llevó a una posada para que se recuperara.

La parábola del Buen Samaritano se encuentra en Lucas 10:25-37, y esta animación se basa desde Lucas 10:23-37.

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Video creado con Crazy Talk Animator 3

Música usada en este video:

Bubble Bath, de The Green Orbs está sujeta a una licencia de Creative Commons Attribution ([ Ссылка ])

Hall of the Mountain King de Kevin MacLeod está sujeta a una licencia de Creative Commons Attribution ([ Ссылка ])
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A continuación, la parábola en la Biblia:

Lucas 10:25-37
Reina-Valera 1960 (RVR1960)

El buen samaritano

23 Y volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis;

24 porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.

25 Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?

26 Él le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?

27 Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.

28 Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás.

29 Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?

30 Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto.

31 Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo.

32 Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo.

33 Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia;

34 y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él.

35 Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese.

36 ¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?

37 Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo.

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