Escuchar tango es una de las cosas que hago desde niño, y una de las que más me gusta hacer, hasta el día de hoy. Como he contado, en anteriores oportunidades, mis padres y mis abuelos tenías discos y cassettes, en mi casa, los cuales escuchaban casi todos los días, en los tiempos en los que la tv, aún no nos ocupaba tanto tiempo.
La banda de sonido de mi infancia tiene mucho tango. Mis recuerdos están llenos de momentos, con sonidos e imágenes, como los de mi abuelo silbando a Gardel, o los de mi otro abuelo italiano, con berretines de cantor, que quería que lo acompañe con la guitarra, cuando yo apenas sabía tocar las canciones de “Sui Generis”. También me recuerdo a mí mísmo, entre las piernas de mis viejos, cuando bailaban, en alguna fiesta familiar, en las que abuelos, tíos y primos, disfrutaban de las Grandes Orquestas Típicas.
Cuando evoco los primeros tiempos de mi vida, en los que empecé a ir a la escuela, siempre, por las mañanas, con el mate cocido, del desayuno, estaba la voz del locutor que daba la temperatura, las noticias y los nombres de los tangos que se pasaban. Era ese tiempo en el que la radio AM y el tango eran inseparables. Creo recordar que también en la escuela, para alguna fiesta patria, la maestrade música nos hizo cantar o bailar un tango, junto a una chacarera o cielito, cuando estábamos en 3° ó 5° grado.
Pasaron muchos años y muchas cosas y cuando más pasa el tiempo uno va acumulando más recuerdos y, muchas veces, añora lo pasado. Por lo menos, a mí y a alguno de mis amigos, nos pasa eso y, muchas veces, carñosamente decimos que somos un “tango con patas”.
El Tango: eso que tanto nos identifica a los que nacimos en el querido Buenos Aires nuestro y que tanto nos hace llorar cuando estamos lejos. Por eso es que nos acerca y, por un momento, nos trae a las personas, que extrañamos y, que a veces, nos visitan en los sueños.
El Tango, ese sueño hecho realidad...
Musicalizador de Tango: Damián Boggio
Info & contacto: damian.boggio@gmail.com
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