Para Freud, la sexualidad humana es una de las principales vertientes de la energía vital que mueve el comportamiento del ser humano. Esta energía, a la que se le puso el nombre de libido, es la fuente de los impulsos que hacen que tendamos hacia ciertos objetivos a corto plazo y, a la vez, obligan a otras instancias de nuestra psique a reprimir estas tendencias para no ponernos en peligro o no entrar en conflicto con el entorno en el que vivimos. Según la teoría freudiana, las etapas de desarrollo psicosexual y sus características son las siguientes:
1. Etapa oral: Ocupa aproximadamente los primeros 18 meses de vida y en ella aparecen los primeros intentos por satisfacer las demandas promovidas por la libido. La boca es la principal zona con la que se busca el placer como ocurre durante la lactancia y con ella se explora el entorno y sus elementos, por lo que intentan "morderlo" todo. Si se impide que los bebés utilicen su boca para satisfacerse, el individuo sufriría la fijación que se almacenaría en el inconsciente, lo que explicaría la tendencia a comer en exceso, beber, fumar o morderse las uñas.
2. Etapa anal: Desde los 18 meses hasta los 3 años de edad. Se trata de la fase en la que se empieza a controlar el esfínter en la defecación y la vejiga al orinar. Las fijaciones relacionadas con esta fase tienen que ver con la acumulación y con el gasto, vinculadas con el espíritu ahorrador y la disciplina si no hay problemas en esta etapa, y con la desorganización y el derroche de recursos en caso contrario.
3. Etapa fálica: Esta fase pulsional duraría entre los 3 y los 6 años y su zona erógena asociada son los genitales. De este modo, nace la curiosidad por las diferencias entre hombres y mujeres, niños y niñas, empezando por las evidentes en la forma de los genitales y terminando en intereses, modos de ser y de vestir, etc. Freud relacionó esta fase con el "complejo de Edipo", en el que los niños varones sienten atracción hacia la persona que ejerce el rol de madre y sienten celos y miedo hacia la persona que ejerce el rol de padre. En cuanto a las niñas, Carl Jung propuso el complejo de Electra como contraparte femenina al Edipo.
4. Etapa de latencia: Empieza hacia los 7 años y se extiende hasta el inicio de la pubertad. Se caracteriza por no tener una zona erógena concreta asociada y, en general, por representar una congelación de las experimentaciones en materia de sexualidad por parte de los niños, en parte a causa de todos los castigos y amonestaciones recibidas. Es por eso que Freud describía esta fase como una en la que la sexualidad queda más camuflada que en las anteriores. La etapa de latencia ha estado asociada a la aparición del pudor y la vergüenza relacionada con la sexualidad y el afianzamiento de las amistades.
5. Etapa genital: Aparece con la pubertad y se prolonga hasta nuestra muerte. Está relacionada con los cambios físicos que acompañan a la adolescencia y el deseo sexual se vuelve tan intenso que no se puede reprimir con la misma eficacia que en etapas anteriores. La zona erógena relacionada con este momento vital vuelven a ser los genitales, pero a diferencia de lo que ocurre en la fase fálica, aquí ya se han desarrollado las competencias necesarias para expresar la sexualidad a través de vínculos de unión de carácter más abstracto y simbólico que tienen que ver con el consenso y el apego con otras personas. Es el nacimiento de la sexualidad adulta, en contraposición con otra ligada solo a las simples gratificaciones instantáneas y obtenidas mediante actividades estereotípicas.
También puedes seguirnos en nuestra cuenta de Instagram:
[ Ссылка ]
Créditos: www.flaticon.com
Ещё видео!