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Desde fines de agosto Alemania ha sido escenario de varias manifestaciones convocadas por partidos de extrema derecha y grupos neonazis para protestar contra la política migratoria de la canciller Angela Merkel.
El origen de estas movilizaciones estuvo en Chemnitz, una ciudad del este de Alemania donde el mes pasado un iraquí y un sirio fueron detenidos como sospechosos del asesinato de un alemán.
Las marchas, que se saldaron con varios heridos y destrozos, provocaron diferencias en el gobierno sobre el manejo de la ola de inmigrantes. Por un lado, Merkel denunció “el odio en la calle” y las “cacerías colectivas” contra extranjeros, que “no tienen su lugar en un Estado de derecho”. Pero por otro, el ministro de Interior, Horst Seehofer, sostuvo que la inmigración es la “madre de todos los problemas” en Alemania.
La Mesa de Análisis Internacional con Javier Bonilla Saus, Leonel Harari, Susana Mangana y Gustavo Calvo.
