Día 7
Linda Pongutá
Tasqua
Escultura
Bogotá
Después de vivir muy de cerca la convalecencia y la muerte de su abuela, la artista bogotana quedó en cierta forma atrapada en los alrededores del Hospital San José, en la Plaza España de Bogotá. Experimentaba una sensación fantasma, de deriva, y una urgencia de expresar su frustración ante la enfermedad y la pérdida.
Muchas veces, cuando había ido a visitarla a lo largo de la hospitalización, la encontró hundida entre telas empapadas de sangre. Esa imagen, esa materia, esa asfixia ante el dolor ajeno que al ser amado se vuelve propio, se materializaron en la obra Tasqua, finalista del Premio Arte Joven 2022.
La escultura de Lina Pongutá despliega una pesada tela cubierta con sangre seca de cerdo. Esta especie de cuerpo extendido exhibe pliegues similares a un patrón de vaginas sucesivas. La intervención industrial sobre esa materia orgánica la endurece con aceite para carro quemado, con varillas de hierro y, al final, con sangre de drago para cicatrizar las heridas.
En esta obra estremecedora y lúcida, la sangre es materia orgánica que vincula lo animal con lo humano, pero es también vitalidad ante la muerte. “Tasqua” es una palabra muisca que alude a la “mutación”. Para los muiscas, la sangre es circulación constante, natural, viva. En esa medida, esta obra conecta con un proceso de fluir tras la búsqueda de un camino a la sanación.
La pared de la galería sostiene a Tasqua. Las horas de los enfermos avanzan espesamente. El cuerpo está abierto. La sangre está seca. La muerte está afuera. La vida, entre los pliegues. La ciudad oxida el hierro. La grasa baña las cicatrices. Los hospitales están llenos. La obra huele a dolores e invoca el tacto. La sangre circula al interior de los cerdos, las artistas y las abuelas.
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