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Una escena que merecía ser rescatada del olvido, de la primera temporada de "De Carne Somos" (1988-1989). Ya en esa época, con un Adrián Suar adolescente que por entonces estaba lejos de ser la primera figura y el productor de primera línea en el que se convertiría casi una década después, y con un Francella "señor" de 33 años que encaraba su primer protagónico, la química entre estos actores ya era más que notoria. Nadie imaginaba que décadas después seguirían compartiendo proyectos y que los uniría una gran amistad.

Esta escena en partícular, asumo, tiene un alto grado de improvisación. Si bien a Francella se lo ve compenetrado, logrando mantenerse con compostura, a Suar se lo puede ver conteniendo la tentación. Quien no lo logra y observa primero hipnotizado como un espectador de lujo, luego con una sonrisa, y finalmente siendo vencido por la carcajada, es Luis Cordara (el "Toño").

"De Carne Somos" fue, para mi, una de las mejores comedias de la historia de la TV argentina. Con toques de picardía, humor sano, un elenco de la hostia y un guión siempre entretenido, contaba las diferentes vivencias y situaciones constumbristas de una familia de clase media del barrio de Boedo, bien al estilo de "Esperando La Carroza". El eje de la historia, eran las idas y vueltas entre Ricardo Rípoli (Guillermo Francella) y Silvina "La Mamita" (Silvia Kutika).

Las insuperables actuaciones histriónicas de Francella en este ciclo lo catapultaron como primera figura hacia una carrera repleta de éxitos. A mi criterio, el mejor Francella de todos, contemporáneo con "Bañeros 2: La Playa Loca", que se grabó y estrenó entre la primera y segunda temporada de este ciclo.

Pido disculpas por la marca de agua, pero la misma está por un motivo. El mismo es un poco largo de explicar, así que dejo esto último para otra ocasión.

¡Que lo disfruten!

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