☀️☀️ Las 10 mejores playas de Brasil 2019 ☀️☀️

1. Jericoacoara

Jeri, como cariñosamente lo llaman los locales, ha logrado mantener su postal natural y su aislamiento gracias a que se encuentra en plena reserva natural, dentro del Parque Nacional Jericoacoara, creado en 2002 para proteger los ecosistemas costeros. Los que disfrutan del deporte aventura quedarán encantados con la travesía hasta el pueblo porque hay que atravesar enormes dunas y paisajes agrestes.
Al llegar, la recompensa será brutal. La escena a contemplar incluirá algo así: un antiguo y pequeño pueblo de pescadores con calles de arena sin autos, atardeceres que se esconden en el mar, dunas móviles gigantescas, hamacas paraguayas colgadas sobre lagunas de agua cristalina, manglares, peces de colores y barcitos sobre la playa con música en vivo. Un lugar donde el sol quema fuerte, donde el viento refrescante no da tregua y donde andar descalzo es una premisa.
Jericoacoara está en el nordeste de Brasil, en el estado de Ceará, a 300 km al oeste de Fortaleza.

2. Fernando de Noronha

Este archipiélago del Nordeste brasileño es la meca del buceo, un oasis de aguas cálidas y transparentes. Es un destino eco turístico ya que forma parte de una Reserva Natural en el que sólo entran por día un selecto grupo de 420 visitantes para evitar la sobreexplotación turística. Quien desee viajar a Fernando de Noronha deberá pagar una tasa de preservación ambiental diaria destinada al mantenimiento de las condiciones ecológicas.
El archipiélago está formado por 21 islas de origen volcánico y se encuentra en el medio del océano Atlántico, a 545 km de Recife y 360 km de Natal. Las playas son ideales para hacer buceo ya que el mar cuenta con una visibilidad de hasta 50 metros y en el que se pueden encontrar una gran variedad de fauna marina como rayas, meros, peces de colores, delfines rotatorios, tortugas marinas, tiburones, y barcos naufragados. No por nada a Fernando de Noroña se lo considera un verdadero acuario natural.
La Bahía do Sancho es elegida por numerosos turistas como la playa más bonita del lugar. Gran parte de su encanto radica en la experiencia de llegar al lugar ya que conlleva una aventura que incluye una larga caminata entre rocas y un descenso por escalones de hierro sobre el acantilado. Un destino ecológico ideal para sentir la naturaleza.

3. Pipa

Pipa está dotada de acantilados, dunas de arena blanca, mata atlántica, agua turquesa y delfines que nadan entre la gente. Las playas se pueden recorrer a pie cuando la marea está baja. Luego de una breve caminata desde el centro, y de transitar 170 escalones se llega a la “Praia do Madeiro”. Rodeada de paredones artificiales, posee una enorme extensión de arena por lo que es ideal para aquellos viajeros que quieran descansar lejos de la multitud. Sus olas invitan a surfear; muchos eligen esta playa para aprender este deporte ya que cuenta con varias escuelas con instructores que hablan varios idiomas.
La región es un excelente lugar para practicar este deporte durante todo el año, donde las olas oscilan entre 2 y 8 pies, con vientos de 15 a 25 nudos. Es por esto que actualmente Pipa es frecuentada por muchos surfistas y kitesurfistas de todas partes del mundo. Además desde sus acantilados se llega a miradores naturales que prestan un escenario ideal para sacar fotografías, sobre todo durante el atardecer.

El pueblo cuenta con una de las mayores ofertas hoteleras en el nordeste y por la noche se transforma. Todo parece encenderse. Sorprenden a cada paso, bares, restaurantes, discotecas, lámparas de papel colgantes, grullas, música en vivo, boutiques, artesanos, botellas antiguas convertidas en floreros y velas aromáticas. Sin perder su esencia rústica y ecológica Pipa lo tiene todo para estar al nivel de los mejores destinos playeros de Brasil.
Existen varias aerolíneas que unen los aeropuertos de Buenos Aires con el Aeropuerto de Natal a 80 km de Pipa.

4. Porto de Galinas

Ubicado en el municipio de Ipojuca, litoral sur de Pernambuco, a 65 km de Recife es el destino ideal para las familias. Conserva la magia del antiguo pueblo de pescadores, pero ofrece todos los servicios de un destino turístico. Cuenta con más de cincuenta hoteles, resorts y posadas, bares, restaurantes y comercios.
Su mayor atractivo son las piscinas naturales que se forman cuando baja la marea. Los bancos de corales cercanos a la costa forman piletas llenas de agua cristalina, templada y repletas de peces de colores que van y vienen. Es un espectáculo tanto para los adultos como para los niños ya que disfrutan haciendo snorkel sin ningún peligro por sus aguas extremadamente calmas.

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