La diferencia de ingresos entre el 10 por ciento más pobre y el 10 por ciento más rico es de 27 veces. La pobreza relativa es de un 18 por ciento. Los niños pobres son el grupo con mayor índice, llegando a un 23 por ciento. La pobreza infantil, hay que mirarlo en perspectiva, porque tiene efectos en los resultados académicos y más adelante en lo laboral y la permanencia de la desigualdad en las generaciones futuras.
Si esto lo llevamos a la realidad más afinada en Chile, nos encontramos con que el 53 por ciento gana menos de 300 mil pesos, lo que significa además, que va de la mano con mayor endeudamiento y el 27.8 por ciento de las personas reporta que sus ingresos no les alcanza para comprar alimentos.
El 1 por ciento más rico en Chile, tiene una de las concentraciones de ingresos más altas del mundo, lo que lo sitúa entre los países más desiguales, la desigualdad puede llevar a la captura de las instituciones políticas.
Los hechos están mostrando cada día que la inequidad y la desigualdad están campeando en Chile, sin embargo, lo más grave es que sus efectos se sienten dolorosamente en la vejez. Un porcentaje cercano al 90 por ciento de los jubilados recibe una cantidad igual o menor a 148 mil 529 pesos. Es decir, un 66 por ciento de un ingreso mínimo, con lo cual pasamos a la línea de la pobreza y a la extrema pobreza.
Esta inequidad y desigualdad social, va siendo cada vez más un foco de inestabilidad política y social
Piñera, uno de los hombres más ricos de Chile recibe 18 millones de pesos al mes, equivalente a unos US$ 25 mil 242 dólares
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