Starship de Space X, el cohete más grande y potente jamás construido, ha fracasado en su aventura espacial. El cohete Super Heavy, el más potente de la historia, ha explotado minutos después del despegue, aunque la compañía SpaceX lo ha considerado un éxito. La aventura de Elon Musk, propietario de la compañía, tendrá que esperar.
Con el lanzamiento este jueves del cohete más potente de la historia, Musk pretendía dar inicio a una nueva era de la exploración espacial. La nave Starship y el cohete Super Heavy fueron diseñados para configurar un sistema de transporte espacial totalmente reutilizable, diseñado para llevar tripulación y carga a la órbita terrestre, la Luna, y si es posible, Marte. En el vídeo que acompaña la noticia, Rafael Clemente, ingeniero y divulgador científico especializado en astronomía y exploración del cosmos, cuenta que con el lanzamiento se pretendía dar paso “al inicio de toda una industria de transporte espacial a grandísima escala”.
El colaborador de EL PAÍS, fundador del Museu de la Ciència de Barcelona (hoy CosmoCaixa) y autor de cuatro libros sobre satélites artificiales y el programa Apolo, explica que Starship fue creado con la misión de llevar personas a la Luna y a Marte. La llave para que ello pueda ser viable no solo técnica, sino también económicamente, pasa de nuevo por reutilizar al máximo los cohetes. SpaceX ya ha revolucionado la industria aeroespacial con sus cohetes recuperables, que han abaratado el lanzamiento de satélites y otros artefactos. Musk calculaba que tardaría un par de años en conseguir una reutilización completa y rápida de su nave. La explosión de esta tarde desbarata sus planes.
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